martes, 12 de julio de 2016

Funciones del lenguaje

Funciones del lenguaje

Por funciones del lenguaje se entienden los distintos cometidos con que el lenguaje se usa por parte del ser humano. Estos propósitos han sido estudiados fundamentalmente por la Lingüística y la Comunicación, de forma que, por lo común, se ha dado una función del lenguaje por cada factor de la comunicación que interviene en el proceso, siendo lo más normal que una función domine o prevalezca y las demás le estén subordinadas.

Función referencial, representativa o informativa

Es la función del lenguaje relacionada con los factores de la comunicación referente y contexto, es decir, cualquier cosa exterior al propio acto comunicativo. Es la función más evidente y primordial a primera vista, pues se encuentra en todo acto comunicativo. Se da cuando el mensaje que se transmite puede ser verificable y reconocemos la relación que se establece entre el mensaje y los referentes externos del mismo. Los recursos lingüísticos principales de esta función son los deícticos. Utiliza un lenguaje de significado denotativo (el significado primario de las palabras). Prevalecen los sustantivos y verbos, la entonación enunciativa o aseverativa y el modo verbal indicativo, que es el modo de lo real; es la más común en textos informativos, científicos y periodísticos (en el género denominado noticia).
Se ha denominado de diversas maneras; Bühler la llamaba "simbólica", pero también representativa; otras denominaciones son denotativa, cognoscitiva o referencial. Brinda conocimientos, conceptos e información objetiva.
Los textos que la contienen se caracterizan por ser objetivos, monosémicos y unívocos. Esta función la encontramos en los llamados textos científicos, cuyo propósito es ofrecer conocimientos. Se caracterizan por aludir a lo extralingüístico, es decir, a nuestro entorno o lo que nos rodea y se emplea cuando pretendemos transmitir una información sin hacer valoraciones sobre ella ni pretender reacciones en nuestro interlocutor. De esta función emana el archigénero literario narrativo o épico.



Función emotiva o expresiva
Suele identificarse con el factor de la comunicación emisor. Con frecuencia lleva su verbo en primera persona, aunque no siempre (por ejemplo: "¡Qué bonito es el Mediterráneo!") y su significado suele revelar o desahogar un sentimiento físico ("¡Ay!") o psíquico ("¡Maldita sea la economía de este país!") del emisor del mensaje. Esta función le permite exteriorizar sus sentimientos y estados de ánimo, así como sus deseos o el grado de interés o de apasionamiento con que aborda cualquier comunicación y siempre se centra en el emisor:
Niña, te quiero tanto,
niña, tanto te quiero,
que si me sacan los ojos
te miro por los agujeros.


Copla tradicional
Es bueno aclarar que la expresividad no se da aparte de lo representativo, sino que es una función del lenguaje que permite una proyección del sujeto de la enunciación pero con base en una representatividad. Así, en expresiones corrientes como "esa mujer me fascina" o "¡qué mañana tan hermosa!", predomina, sin duda, la función expresiva, pero con un soporte de representación simbólica dado por la alusión a unos referentes.

Para concluir, observemos que la función expresiva o emotiva se manifiesta gracias a los significados afectivos o connotativos que se establecen sobre la base de los significados denotativos: cuando hablamos, expresamos nuestro estado de ánimo, nuestras actitudes o nuestra pertenencia a un grupo social, damos información sobre nosotros mismos, exteriorizamos síntomas, aunque no tengamos siempre plena conciencia de ello. El emisor se comunica para transmitir la información centrada objetivamente en la realidad exterior referente a las ideas que tiene sobre ella. Permite comunicar a otros estados de ánimo, las emociones. De ella emana el archigénero literario lírico o poético.

Función apelativa o conativa

Se llama conativa del latín "conatus" (inicio), porque el emisor espera el inicio de una reacción por parte del receptor.
Se centra en el receptor. Es la función de mandato y pregunta. El emisor intenta influir en la conducta del receptor. Sus recursos lingüísticos son los vocativos, modo imperativo, oraciones interrogativas, utilización deliberada de elementos afectivos, adjetivos valorativos, términos connotativos y toda la serie de recursos retóricos. Se da en lenguaje coloquial, es dominante en la publicidad y propaganda política e ideológica en general. Mediante el uso de esta función se pretende causar una reacción en el receptor. Es decir, con esta función se pretende que haga algo o que deje de hacer. Ejemplos:
Ejemplo: cuando decimos «¡Míralo!» o «Abre la puerta, por favor». 



Ejemplo: «¡Cierra la puerta!» - «Observen las imágenes y respondan». Puede ocurrir que una frase aparentemente referencial esconda una función apelativa.
Ejemplo: «La ventana está abierta» - Puede estar haciendo una mera descripción de un hecho, pero también puede haber un contexto: «Cierra la ventana».
Dentro del mensaje se invita al oyente a que haga algo. De ahí que también las preguntas pueden considerarse dentro de esta función, ya que esperan respuesta: "¿Hiciste lo que te encargaron?". De esta función emana el archigénero literario teatral o dramático.

Función metalingüística

Se centra en el propio código de la lengua. Se utiliza para hablar del propio lenguaje, aclara el mensaje. Se manifiesta en declaraciones y definiciones y en la lengua oral se percibe señalándola con comillas o cursivas: "Pedro tiene 5 letras". En la lengua oral, la palabra destacada recibe una entonación especial o se destaca con el acento de intensidad: "El es un artículo". De esta función emana el archigénero literario didáctico.

Función poética o estética
Esta función está orientada al mensaje. Aparece siempre que la expresión atrae la atención sobre su forma, en cualquier manifestación en la que se utilice el lenguaje con propósito estético. Sus recursos son variados, por ejemplo la figura estilística y el juego de palabras. Esta función se encuentra especialmente, aunque no exclusivamente, en los textos literarios. Ejemplo: En el silencio solo se escuchaba / un susurro de abejas que sonaba. 


Función fática o de contacto

Esta función está orientada al canal de comunicación entre el emisor y el receptor. Su propósito es iniciar, prolongar, interrumpir o finalizar una conversación o bien sencillamente comprobar si existe algún tipo de contacto. Su contenido informativo es nulo o escaso y se utiliza como forma o manera de saludo.
La finalidad de la función fática no es principalmente informar, sino facilitar el contacto social para poder transmitir y optimizar posteriormente mensajes de mayor contenido. 


Constituyen esta función todas las unidades que utilizamos para iniciar, mantener o finalizar la conversación. Ejemplos: Por supuesto, claro, escucho, naturalmente, entiendo, cómo no, OK, perfecto, bien, ya, de acuerdo, etc.
Está presente en los mensajes que sirven para garantizar que el canal funciona correctamente y que el mensaje llega sin interrupción.


Video de Elmer Zuna explicando una de las funciones del Lenguaje